Entrevista publicada en el diario electrónico Login.cl
Viernes, 06 de julio de 2007
Para nadie es un misterio que en los últimos años la medicina natural o las terapias alternativas han penetrado con fuerza en occidente. A partir de la “Aldea Global”, Oriente y Occidente se acercaron con una fuerza indescriptible, nadie quedó indemne a ese acercamiento, desde las grandes potencias desarrolladas hasta los países del tercer mundo.
Como en todo orden de cosas, Chile no podía quedar al margen de ese acercamiento, más aún luego de los tratados de libre comercio implementados con Corea, Japón o China, por lo tanto ya no despierta la curiosidad enterarse que la medicina y terapias chinas estén al alcance de la mano, aunque los beneficiados sumen más cada día.
Para conocer de cerca el fenómeno que se produce en torno al tema, login.cl visitó un centro de terapias alternativas de Viña del Mar, para conocer de cerca lo que se cuenta al respecto, en el lugar conversamos con gente que está realizando alguno de los tratamientos, algunos que llegaban por primera vez a consultar, además de conversar con un maestro chino, especialista en acupuntura.
Desde que se abre la puerta del departamento que el centro ocupa en calle Etchevers en Viña del Mar, se aprecia un ambiente como el de cualquier consulta de un médico alópata. Una secretaria nos da bienvenida y nos consulta acerca del motivo de nuestra visita. Una vez presentados nos indican que debemos esperar que el maestro Dr. Sun Feng Hong termine la consulta con una paciente que está junto a él en ese momento.
Una vez que concluye el Dr. Sun nos invita a pasar, lo mismo hacen dos asistentes y una paciente. Lo primero que dice en su casi in entendible español es “quiero que vea cómo se atiende, y qué tiene la Sra.”. La paciente es una mujer de alrededor de 65 años, quien, según lo que le dice el doctor, padece de problemas a los riñones y en la sangre. Mientras la examina, va dictando los medicamentos que deberá tomar la paciente.
Calcio con apio y cochayuyo, dos veces al día, es lo que prescribe, receta que es escrita por la, al parecer, la traductora del centro o, por lo menos, quien más entiende lo que dice. Posteriormente el maestro abre una especie de maletín de donde extrae unos implementos parecidos a una campana, a los que les introduce una especie de mango extensible, con ellos comienza a colocar ventosas en toda la zona lumbar de la mujer, luego de unos minutos las retira y la sesión ha terminado, lo que aprovechamos para conversar con ella.
Ella se llama Angélica y llegó hasta ese lugar “por que me lo recomendó un caballero, ya que tengo una enfermedad. Es un virus aquí en la boca el cual me secó el lacrimal y la saliva. Según me han dicho este virus se va a propagar por todos el cuerpo mientras no se ponga atajo, me va a tomar el riñón, el pulmón”, señala.
Mientras Angélica se retira muy conforme por la atención, el maestro nos señala que en China estudió ingeniería, carrera que terminó antes de entrar a estudiar medicina y posteriormente acupuntura, por lo que es master en esa especialidad. Fue médico del ejército y se encuentra hace cinco años en Chile.
En el ejército practicaba la medicina con acupuntura, pero no la tradicional, aquella que vemos en televisión con una agujas pequeñas, él utiliza unas agujas de alrededor de quince centímetros, sólo trabaja con una de ellas a la vez.
El maestro señala que “me gusta Chile porque es más tranquilo, es mejor para el corazón, aunque aquí se trabaja mucho, aunque ahora en China pasa lo mismo, se trabaja mucho y todo se quiere transformar en dinero. Todo se quiere obtener rápido”, indica.
Luego de una pausa, nos pide la mano y comienza a demostrar cómo funcionan las ventosas, finalmente aplica una poción que produce calor, que es, fundamentalmente como funciona la terapia que aplica a algunos pacientes.
Al término de la visita el recibo de la consulta está más lleno que cuando llegamos, un joven toma la temperatura con un termómetro a su acompañante; una señora mayor se mueve al ritmo de una máquina masajeadota; otra posa sus pies sobre otra máquina de masajes, más allá toman la presión a quien le toca el turno de atención. El centro bulle de actividad y personas que buscan aliviar sus molestias o, en definitiva, sanar, tal como ocurre con la madre de un médico alópata que optó por llegar hasta allí con el fin que curen su enfermedad, la cual no ha sido posible con ningún medicamento tradicional.
Ya lo sabe, si ha buscado y buscado y no encuentra alivio a sus malestares y la medicina alópata tampoco le ha dado resultados, intente probar con la milenaria medicina china, la cual podría ser una buena alternativa. Nada se pierde con probar si ganamos salud.
Contacto: María Luz Acevedo. Fono: 9872 62 67 / 2 - 473001
marialuzacevedo@hotmail.com
Terapias: Martes y Jueves